El 29 de mayo de 2021, conmemoramos el XII Memorial Permanente del SIDA, en el Bosque de la Memoria, con todo el sentimiento y respeto que merece homenajear a las personas fallecidas a causa del SIDA.
Personas que eran padres, madres, hijas, amigas y compañeras, que se fueron demasiado pronto, por todas ellas, porque no olvidamos. Como dijo Gabriel García Márquez: "Recordar es fácil para el que tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón".
Pero tampoco olvidamos la historia del VIH, el 5 de junio de 1981 la comunidad científica dio a conocer los cinco primeros casos de sida, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta lo publicó en su boletín epidemiológico semanal.
Han pasado 40 años de esa fecha, desde entonces los avances en los tratamientos y en la atención sanitaria han mejorado la esperanza y la calidad de vida de las personas con el VIH.
En consecuencia, la infección por el VIH se ha convertido en el mundo occidental en una enfermedad de curso crónico. Además, podemos y debemos comunicar el mensaje de que las personas con VIH a tratamiento y con carga viral indetectable no lo podemos transmitir, un peso importante que nos sacamos de la mochila, y que debería ser conocido y comprendido por la sociedad en general, ayudar a la normalización y facilitar la visibilidad de aquellas personas que así lo decidan.
INDETECTABLE=INTRANSMISIBLE
Sin embargo, las personas con VIH seguimos experimentando un trato discriminatorio en ámbitos como el sanitario, el laboral y en el acceso a prestaciones y seguros.
Tristemente, nos encontramos con una falta de reciclaje de la información, con que no se han actualizado protocolos o cuestionarios de acceso, con prejuicios que perpetúan el estigma y discriminación asociado a este virus.
Respecto al compromiso nacional, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social impulsó en 2018 la iniciativa del Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al VIH, con el objetivo de que las instituciones públicas del Estado, comunidades autónomas y entidades locales, ONG, sociedades científicas, sindicatos, empleadores, medios de comunicación y universidades, asuman el compromiso de eliminar el estigma y la discriminación asociados al VIH y al Sida.
Garantizando la igualdad de trato y de oportunidades y el pleno ejercicio de los derechos fundamentales de las personas afectadas. Nos queda mucho camino y trabajo por delante para que no sea solo una iniciativa, si no, una realidad.
Por todas las personas que ya no están, que además de sufrir la enfermedad y muerte física, han sufrido rechazo por parte de la sociedad y se les ha limitado sus derechos, pero también por las personas que hoy en día, siguen teniendo miedo a que se conozca su estado serológico, que se sienten juzgadas, necesitamos avanzar para erradicar el VIH social y sus consecuencias.
Cualquier espacio y momento es positivo para hablar del VIH, en los colegios, en el trabajo, con amistades, con la familia, en los medios de comunicación… donde sea, pero que se hable, porque de lo que no se habla, parece que no existe y el VIH no es algo del pasado.
En el Bosque de la Memoria, y echando la vista atrás, no solo han crecido los árboles que se plantaron en su momento, también han crecido la relaciones, los afectos, ha nacido hasta un cuento, SALI Y EL BOSQUE DE LA MEMORIA y todo forma parte y engrandece el significado y la importancia de este espacio y de los Memoriales que celebramos.
Como dice la placa que preside nuestro bosque: "De vuestro recuerdo brotó amor y sobre esta tierra, plantamos para siempre vuestra presencia infinita".